Qué es la domótica: Funcionamiento y ventajas

 

¿Qué es la domótica?

Podemos definir la domótica como un conjunto de sistemas que permiten el control automático inteligente de las instalaciones eléctricas de una vivienda. Tiene como objetivo optimizar la gestión de la energía (ahorro energético), automatizar funciones y así facilitar la vida a sus usuarios.

¿Cómo funciona la domótica?

Cómo funciona la domótica

Hemos dicho que la domótica gestiona los elementos eléctricos de una vivienda de una manera eficiente, pero muchos nos preguntamos qué se precisa para tener un sistema domótico.

Debemos saber que está constituido por una central que procesa y emite órdenes y las transfiere a diferentes equipos integrados por medio de redes interiores y exteriores de comunicación cableadas o inalámbricas. De hecho, se mantiene el cuadro eléctrico de protecciones con diferenciales y magnetotérmicos que también utiliza la instalación eléctrica de toda la vida. La diferencia está en que la domótica añade unos dispositivos que funcionan vía internet y permiten el control automático de aquellos elementos de la vivienda que estén interconectados.

De este modo, una vivienda domótica nos permite controlar de manera automática y autónoma elementos como las luces, la calefacción, la climatización, las cámaras y videos de seguridad, el videoportero, motores, persianas, calefacción y otros elementos adaptados de los que se disponga.

Ventajas de la domótica

La gran ventaja de un control domótico es que permiten automatizar diferentes acciones de la vivienda mediante voz o movimiento y a través de control remoto desde un smartphone, tablet o una smart TV. Una vivienda domótica permite controlar de manera automática los electrodomésticos y/o electricidad adaptada a ello.

La tecnología

La tecnología de la domótica ofrece una serie de beneficios en diferentes aspectos del hogar. En cuanto a la seguridad, permite detectar rápidamente posibles fugas de gas, incendios, escapes de agua e incluso alertar en caso de intrusos. Además, con cámaras de vigilancia instaladas, se puede supervisar el entorno y simular la presencia de personas en el hogar desde un dispositivo móvil inteligente conectado a la red.

Ahorro de energía

En cuanto al ahorro de energía, la domótica gestiona los elementos controlados que contribuyen al ahorro de agua, luz y gas. Programa los aparatos eléctricos para que se enciendan solo cuando sea necesario y controla la iluminación y climatización del aire acondicionado por ejemplo de manera efectiva. Además, la detección de presencia en cada zona de la vivienda puede activar políticas de ahorro, promoviendo el uso de viviendas ecológicas las cuales hacen que se aproveche al máximo la luz.

Interconexión central

La interconexión entre la domótica y los usuarios se facilita a través de elementos como mensajes de texto, correos electrónicos y llamadas de voz, y mediante el reconocimiento de voz o de movimientos corporales. La teleasistencia permite a los profesionales sociosanitarios supervisar los hábitos rutinarios del usuario, como la medicación y el ejercicio, para adaptarse a sus necesidades a través de una gestión inteligente y un control centralizado.

Simplicidad y comodidad

La simplicidad y comodidad que ofrece la domótica se mide por la cantidad de tareas que el sistema ejecuta. Con solo un teléfono móvil, se pueden cerrar automáticamente las persianas y controlar la cantidad de luz solar que entra en las habitaciones o la ventilación deseada.

Medioambiente

Por último, la domótica ayuda a reducir los daños medioambientales y previene accidentes domésticos al vigilar cuidadosamente las fugas de gas y agua y así evitar que los aparatos eléctricos estén encendidos sin ningún uso mejorando la gestión energética.

¿Qué diferencia hay entre domótica e inmótica?

Cuando hablamos de una instalación domótica o de una instalación inmótica estamos hablando del mismo sistema de automatización inteligente, pero a diferente escala. Así pues, la domótica abarca estructuras de menor envergadura como son las viviendas o casas particulares. En cambio, la inmótica trabaja a mayor escala, es decir con estructuras de mayor tamaño como grandes edificios: entre ellos encontraremos centros comerciales, edificios de oficinas, complejos de viviendas u hospitales.

En el caso de inmótica, al operar en la administración de sistemas e instalaciones de estructuras mayores suele proporcionar un porcentaje más alto de ahorro de energía. Esto es debido a que permite optimizar el mantenimiento y el funcionamiento global del edificio con la máxima eficiencia en cada uno de sus sistemas.

Así pues, la seguridad, la iluminación o la climatización de un edificio se gestiona utilizando solo y de manera inteligente la energía precisa en cada momento. Proporciona un porcentaje de ahorro de energía que en muchos casos llega al 40%. En el caso de la domótica, al tratarse de viviendas o casas particulares y por ello de edificios de proporciones más pequeñas, el ahorro de energía suele ser un poco inferior, aunque no por ello relevante para la economía familiar.

En la actualidad la domótica está ganando terreno y empieza a formar parte del día a día de muchas viviendas. La domótica ya no es exclusiva de las llamadas casas inteligentes y en diversos grados forma parte de la vida cotidiana de nuestras familias.

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